El baloncesto es, probablemente, el deporte más emocionante que existe en este planeta. Además, es un juego en el que compiten cinco contra cinco y donde suele ganar el equipo entrenado por Obradovic. Sin embargo, este fin de semana en Berlín ha traído un nuevo campeón de la Euroliga, el CSKA de Moscú, que se impuso en un extraordinario partido al Fenerbahce por 101 a 96 en una de las noches más bonitas que ha vivido el baloncesto europeo en toda su historia.
El factor mental y la gestión de las emociones son dos aspectos fundamentales en el deporte de competición, y en la previa de la final, Obradovic parecía tener controlados ambos apartados. Se le veía relajado, tranquilo y cordial con la prensa y, sobre todo, con su gran amigo (casi hermano) Dimitris Itoudis, entrenador del CSKA, que estuvo trece años a su lado. El entrenador de los rusos, aunque aparentaba calma, transmitía cierto nerviosismo en sus declaraciones y en su lenguaje corporal. Los primeros puntos de la final se los apuntaba Zeljko.
Todo estaba preparado el domingo 15 de mayo en el esplendoroso Mercedes-Benz Arena, marco incomparable y que está a la altura de muchos pabellones de la NBA. Como aperitivo, vivimos el partido por el tercer y cuarto puesto donde Baskonia no aguantó el empujón que dio Lokomotiv Kuban tras el descanso y se tuvo que conformar con la cuarta posición. Dicha clasificación no es comparable a la de su afición. Los vitorianos dieron el toque alegre y “charanguero” durante toda la Final Four y se merecen subir al primer puesto del podio. Aunque en número ganaban los turcos, en calidad la afición vasca arrasó a todo el mundo. Con esa afición y con ese proyecto deportivo, tenemos Baskonia para rato.
Son las 8 de la tarde y el ambiente en el pabellón es ensordecedor; una marea amarilla y negra procedente de Turquía inundó las gradas y como si fuesen abejas, no paraban de zumbar. Auténtica pasión la que se respiraba y el partido a punto de comenzar. Ambos equipos nos regalaron un partidazo, sin concesiones y a tumba abierta desde los primeros minutos. Incluso para los que no sean muy aficionados a este deporte, debe ser un partido para ver y recordar.
Fenerbahce y CSKA son dos plantillas sin fisuras, con una nómina de jugadores que están considerados como los mejores en sus posiciones y muchos de ellos pudiendo jugar en la NBA minutos destacados. La primera parte fue de dominio ruso; su intensidad en ambos aros superaba con creces a los de Obradovic que salieron algo dubitativos. CSKA planteó una defensa muy física, con cambios constantes en los bloqueos y con mucho contacto destacanado Vorontsevich en esta faceta durante la primera parte. Llegábamos al descanso con el resultado de 50-30 a favor del CSKA y muchos nos temíamos que la final había terminado.
Pero como he dicho al principio de la crónica, nunca podemos dar por muerto a Obradovic. Su charla en el descanso retumbó en los interiores del Mercedes-Benz Arena y sus jugadores salieron con una actitud completamente diferente y con las ideas muy claras. Tenían que acercarse poco a poco en el marcador y esperar a que los fantasmas del pasado apareciesen por la estepa siberiana acechando a los jugadores del CSKA.
Sin embargo, los jugadores de Itoudis también tenían las ideas claras y no dejaban acercarse en el marcador al Fenerbahce. A falta de doce minutos para el final CSKA vencía 63-42. Los magnates rusos estaban empezando a sacar el champan de las neveras pero no contaban con la fe inquebrantable de los turcos (y sobre todo de su encendida afición). Los rusos pierden a Vorontsevich por cinco faltas y a falta de 3 minutos Fenerbahce, nadie sabe bien explicar por qué, se puso tres puntos abajo.
Llegó el momento de Bobby Dixon. El eléctrico base americano dio rienda suelta a su repertorio ofensivo y a base de triples inverosímiles logró adelantar a su equipo en el marcador a falta de 20 segundos. La remontada imposible se había completado y CSKA tenía bola para ganar o mandar el partido a la prórroga. Estaba claro que iba a ser De Colo quien se jugase esa bola; lanzó un tiro (con posibles pasos de los que se quejó duramente Obradovic en la rueda de prensa), falló pero el rebote fue para Khryapa que logró anotar y llevar el partido a la prórroga.
Por si no había sido suficiente, los dos equipos nos regalaban cinco minutos más de baloncesto para cerrar esta Euroliga. En este tiempo extra Nando de Colo ejerció de MVP y castigó a la defensa turca constantemente. Con ayuda de Teodosic (por fin campeón) y Hines cerró el sueño del Fenerbahce y la histórica remontada no pudo culminarse. El CSKA se proclamaba campeón, alzando su séptimo entorchado europeo.
Con esto finaliza mi cobertura de la FINAL FOUR para Pasión Deportiva Radio. Ha sido una experiencia inolvidable y quiero agradecer a todos los que habéis seguido estos días nuestro trabajo.
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Gonzalo Pérez (@GonPerezC)
Pasión Deportiva Radio
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